Velas aromáticas: de los templos a los salones. Breve historia de las fragancias en su hogar

La fascinación por los olores ha acompañado a la humanidad desde la noche de los tiempos. Desde los templos antiguos hasta las viviendas modernas, el olor ha desempeñado un papel fundamental en nuestras vidas, como portador de emociones, recuerdos y estados de ánimo. Las velas perfumadas, tan evidentes hoy en día, son el resultado de siglos de desarrollo y de la necesidad de hacer especial la vida cotidiana.
Desde resinas aromáticas hasta velas perfumadas
En el pasado, los aromas se utilizaban principalmente con fines rituales y médicos. En los templos se quemaban resinas y hierbas para conectar con lo divino o purificar un espacio. Su intenso aroma no sólo tenía un significado simbólico, sino que se creía que protegía contra las enfermedades y las energías malignas.
Con el tiempo, aparecieron las primeras velas, primero de grasa, luego de cera de abejas y después de parafina. Su función principal era iluminar, hasta el punto de que la unidad de intensidad luminosa pasó a ser la candela, es decir, la potencia de una vela.
Pero este no es el fin de la evolución.
El nacimiento de las velas perfumadas
El verdadero avance se produjo cuando la función de la luz empezó a combinarse con la función del olfato. Al principio eran composiciones sencillas: lavanda, rosa, claveles... Con el tiempo, notas cítricas, gourmand, forestales e incluso... el olor a pastel de calabaza o a ropa recién lavada.
Hoy tenemos miles de composiciones entre las que elegir. Y lo más importante elegimos conscientemente una fragancia en función de nuestro estado de ánimo o intención. La aromaterapia se une al confort cotidiano.

Por qué nos gustan las velas perfumadas?
Cada vela perfumada es más que una decoración: es una emoción encantada en la cera. Con él puedes:
- crear el ambiente para una velada romántica,
- para calmarse después de un día duro,
- relajarse durante el baño,
- traen recuerdos de la infancia o de las vacaciones,
- añadir carácter y profundidad a un interior.
Las velas perfumadas también son un ritual de autocuidado. Cuando enciendes una vela, te das espacio: para respirar, para estar aquí y ahora, para sentirte seguro. Tanto si te apetece la vainilla clásica, la menta fresca o las notas de cáñamo, esta llama es para ti.
Datos interesantes que quizá no conozca
- En el antiguo Egipto, los ungüentos aromáticos se utilizaban para perfumar el aire de los templos, antes incluso de que se desarrollaran las velas.
- Las velas de cera de abejas fueron en su día un lujo reservado a la élite, por la pureza de su combustión y la fragancia de la cera.
- Las velas de soja son un invento del siglo XX, vinculado a la necesidad de una alternativa ecológica a la parafina.
- En Japón, el ritual de encender una vela con incienso formaba (y sigue formando) parte de la meditación.
- Algunas velas perfumadas se inspiran en postres o perfumes conocidos, como la crème brûlée o el almizcle blanco.
Aromas que crean recuerdos
Enciende una vela e invita a tu interior un aroma que se convertirá en tu nuevo recuerdo. Puede ser el olor de la repostería navideña de tu abuela, el aroma de un prado primaveral, la brisa marina de los paseos navideños...
Esta es la magia de las velas: te te hacen retroceder en el tiempo, aunque permanezcas en el lugar.
Elige una vela aromática para ti
Tanto si le gustan las velas con mecha de madera, las grandes velas de cristal o las elegantes velas de regalo, con nosotros encontrará una fragancia para cada emoción y cada interior: